Pocos lugares aúnan belleza y tradición como las Islas
Lofoten. Surgiendo majestuosas con sus puntiagudos picos y sus pueblos
pesqueros, conquistan al viajero desde el primer instante.
Las
Islas Lofoten
Las islas Lofoten son un archipiélago situado frente a la
costa norte de Noruega, por encima del círculo polar ártico. Esta cadena de islas
de picos soberbios y puntiagudos, se alza desde las verdes aguas como un
majestuoso muro hasta una altura de 1000 m, y está rodeada de bellísimas playas
de arena.
Las Islas Lofoten poseen un paisaje impresionante e irrepetible, y la ventaja de que están muy poco pobladas: la población total de
las 5 islas más importantes es tan solo de 25.000 habitantes.
Los habitantes de las Islas Lofoten viven principalmente
de la pesca, en particular del bacalao maduro del Ártico del país (denominado sprei),
que llega a estas Islas a finales de enero procedente del mar de
Barents. Alrededor de 4000 pescadores están dispuestos para pescar tantos bacalaos
como les sea posible, al igual que las ávidas bandadas de orcas deseosas de
degustar semejante manjar.
Y es que ese aspecto son unos privilegiados: los bancos
de bacalao, desparecidos en otras zonas del Planeta, apenas han disminuido en
las Islas Lofoten. Prueba de ello, y dando lugar a una estampa típica que
merece la pena ver, los bacalaos cuelgan
de los postes tras la pesca, con la intención de secarlos.
Frente a la costa de Moskenesoy, la isla más remota de
las Lofoten, se produce otro magnífico fenómeno natural. Se trata de un
remolino denominado Maelstrom,
provocado por la colisión de varias corrientes rápidas.
Otra de las fuentes de ingresos de las islas Lofoten es
el turismo. Los visitantes pueden
hacer excursiones de aventura para ver el Maelstrom y otros lugares tan espectaculares
como la Cueva Refsvika con sus pinturas de la Edad de Piedra. Aquí se
pueden contemplar colonias de focas, águilas pescadoras y nutrias.
El mejor momento
para visitar las Islas Lofoten es entre marzo y octubre, y se puede llegar
a ellas en avión o en barco desde
Oslo o Bergen.
Además de disfrutar de los atractivos mencionados, te
encantará visitar los pueblos de Flakstad
y Moskenes, el museo Lofoten y la Catedral
de Kabelvag.
Sin duda un viaje inolvidable e irrepetible, perfecto
para huir de los destinos clásicos y sentir la salvaje belleza de un paisaje de
ensueño. Y es que las Islas Lofoten son realmente un regalo para los sentidos.
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