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LA VISUALIZACIÓN

     Antes de explicar lo que es la visualización, sus técnicas y lo que puede aportar a tu vida, quiero compartir contigo una experiencia propia. La visualización es una técnica psicológica que ayuda a provocar el estado mental deseado, al imaginar una escena o imagen determinada.
     Espero que mi visualización favorita te ayude a comprender su utilidad y beneficios:
     “No todos los días ocurre, por fortuna no suelo necesitarlo. Pero para esos días en los que me encuentro agotada, triste o preocupada, la parte de mí que más me cuida, me permite disfrutar de una hermosa visualización.
     Como nos sucede a todos, hay días en los que me acuesto y empiezo a dar vueltas en la cama preocupada por esto o por aquello. Me siento agitada,  y presiento que me va a costar coger el sueño. Entonces, como sé que funciona,  decido realizar respiraciones profundas y empezar los ejercicios de relajación. Eso era antes… ¡Ahora ya no lo necesito!
     De repente me veo allí, en el parte trasera de mi colegio de la infancia (supongo que por los hermosos recuerdos que me trae). No hay puerta, ni nadie en la escuela. En cambio, a la derecha del que recuerdo como un inmenso patio, hay un recinto de piedra. Es un rectángulo de columnas de granito, que me recuerda a las ruinas de algún templo de la época de los romanos.
     Sus paredes de columnas dan al patio, que ahora es un precioso jardín con un césped de un verde brillante y pequeños senderos de pizarra. Una de las paredes del edificio está abierta, y desde el patio se puede ver una escalera que desciende.
      Allí, al pie de las escaleras, están Ellos esperándome. No sé quiénes son esas personas, pero extienden sus brazos hacia mí, con sus túnicas de hilo blanco y una serena sonrisa en sus labios. Están siempre allí, aguardando mi llegada.
     Desciendo la escalera en su compañía y llego a una estancia sencilla, también de piedra, donde su única decoración es una camilla sobre la que reposa una sábana inmaculada, una enorme fuente en forma de copa y un quemador de esencias del que surgen fragancias florales.
     Me desnudo lentamente y me tumbo boca abajo en la camilla. La temperatura es perfecta. Les oigo susurrar entre ellos, y sus voces y cercanía me trasmiten seguridad.
     Entonces siento sus tibias manos sobre mi cuerpo (a veces es una persona, otras veces dos), impregnadas con algún aceite relajante y aromático. Siento sobre mis pies el primer contacto, el suave masaje… Y cada delicado movimiento va relajando mis músculos y mi espíritu. Suben por mis pantorrillas, mis muslos… la contraída espalda.
     Ya nada importa, el mundo que conozco y que tanto me inquietaba ha dejado de existir. Sólo existe ese momento. La luz del amanecer ilumina el lugar, el sonido del agua se entremezcla con el canto de los pájaros, y de vez en cuando se escuchan risas lejanas. Todo mi cuerpo se va aflojando, mis sentidos se dejan acariciar por la paz del momento, el masaje llega a mi cuello y ya apenas siento el cuerpo.
     Ya no soy yo… sólo parte de la Vida, que allí cobra todo su sentido. Y entonces… ¡me duermo como un bebé!”
     Ese es mi lugar, el oasis al que vuelvo cuando me apetece.
     Hablaremos mucho de la visualización y de sus enormes beneficios y posibilidades. Sirve para relajarse, también para alcanzar objetivos personales o materiales. Pero, ¿qué logro hay más grande que alcanzar la paz? Aunque sea durante unas horas, o al menos unos minutos.
     Todos podemos buscar en nuestro interior ese lugar real o imaginario que nos haga sentir seguros, libres, amados o tranquilos. En la visualización nosotros somos los dueños de nuestra imaginación. A veces buscamos esas sensaciones de paz, amor y armonía fuera de nosotros, cuando realmente todo lo podemos recrear dentro de nosotros. En cualquier momento o lugar.
     Así que, ya sabes, puedes buscar tu visualización o visualizaciones, esas que son sólo tuyas y de nadie más. Pero no te preocupes, si de momento no eres capaz de encontrar la tuya propia… yo comparto contigo la mía, si es que te gusta.