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MIGRAÑA
La migraña es un dolor de cabeza muy intenso e incapacitante, que aparece de forma brusca.
El término “migraña” procede del griego, y significa literalmente “medio cráneo” o “un lado de la cabeza”. Las personas que sufren migraña dicen que el dolor “palpita” o vibra en un área determinada, como pulsaciones en un lado (raramente puede ser en ambos lados), en las sienes o detrás de los ojos. Puede ocurrir que el dolor alterne de un lado a otro de la cabeza.
Durante un ataque de migraña son habituales náuseas, vómitos, fotofobia (intolerancia a la luz), fonofobia (intolerancia o hipersensibilidad al sonido), y a menudo el dolor empeora cuando el paciente se mueve. Tanto los síntomas como la duración de la jaqueca dependen del paciente y del ataque. Lo habitual es que se produzcan una o dos veces al mes, aunque tanto pueden ocurrir una vez al año como ser semanales.
La migraña es una enfermedad de tipo neurológico. Al parecer, el motivo de un dolor tan severo, es que la provoca la vasodilatación de las arterias. Aunque la medicina actual empieza a creer que la causa de la migraña puede estar en los genes que controlan el funcionamiento de determinadas células cerebrales.
Algunas veces la migraña puede “avisar” por una serie de síntomas, como trastornos de la visión – destellos luminosos, pérdida temporal de la visión, líneas en zigzag-, o del habla. Este tipo es la llamada migraña con aura. También el algunas personas la migraña puede producir una impresión de irrealidad, de que las cosas no son cómo deberían.
Posibles causas: Las causas de la migraña no se conocen con exactitud, y se estudia un posible origen hereditario. El estilo de vida actual y el estrés, así como la alimentación y determinados factores ambientales pueden producirla. Tal y como hemos visto con la cefalea tensional, conviene llevar un diario para intentar localizar el factor o factores desencadenantes.
Determinados alimentos (ahumados, quesos fuertes, café…), los cambios en los horarios de la comida o del sueño, el ayuno, el tabaco, dormir poco o en exceso, el estrés y la ansiedad; ruidos, luces u olores intensos; alergias, estados hormonales (tres de cada cuatro pacientes son mujeres: menstruación, menopausia, consumo de anticonceptivos); factores climatológicos (viento, frío, tormentas…).
Tratamiento: Es conveniente tratar la migraña desde tres frentes: investigar de los factores desencadenantes y eliminarlos, alivio de los síntomas, y a menudo, medicación preventiva.
Cuando se trata de un ataque leve, suele ser suficiente el uso de algún analgésico o antiinflamatorio: paracetamol, aspirina, ibuprofeno… acompañado de algún medicamento para paliar náuseas o vómitos.
Si el dolor es severo, se suelen recetar triptanes (como el Sumatriptan o el Almotriptan), que si bien son efectivos suelen producir efectos secundarios (mareos, hormigueo, molestias en el pecho…), y que no sirven para personas con hipertensión o problemas vasculares. En los ataques más intensos de migraña, se suelen recetar corticoides, e incluso sedantes.
Sea cual sea la intensidad de la migraña, los médicos siempre aconsejan silencio, oscuridad y descanso. A modo de prevención se recomienda el ejercicio al aire libre y el uso de técnicas y ejercicios para aliviar el estrés.
También hay que señalar (aunque sea un pobre consuelo), que los ataques de migraña suelen disminuir con la edad.
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DOLOR DE CABEZA ¿MIGRAÑA O CEFALEA TENSIONAL?
¿Se trata de una migraña o sufres cefalea tensional? Un correcto diagnóstico es la clave para solucionarlo.
Prácticamente todos hemos sufrido en alguna ocasión un intenso y persistente dolor de cabeza, que tras tomar un analgésico y dormir, no suele dejar rastro a la mañana siguiente. Pero muchas personas padecen cefaleas a diario. Los afectados suelen ser en su mayoría mujeres (casi el triple de casos que en los hombres), y casi siempre sufren un cuadro de migraña.
Aunque en los siguientes artículos hablaremos de otros tipos de dolor de cabeza y de los casos en los que es necesario acudir al médico de inmediato, para los dolores de cabeza más habituales es importante saber si lo que sufrimos es Migraña o Cefalea Tensional, ya que el tratamiento adecuado deriva de un correcto diagnóstico.LEA TENSIONAL
Es una de las formas más habituales de dolor de cabeza, y suele tener su origen en diversas causas: la contracción de los músculos del cuello debida a la tensión nerviosa, el estrés, la depresión, la ansiedad, el cansancio excesivo, el ruido ambiental y persistente, los ambientes sin o con escasa ventilación natural, y a menudo, las malas posturas.
La cefalea tensional es más común en la edad adulta y en la adolescencia. En algunos casos las causas que la originan pueden ser impensables en principio, como dormir en una habitación a muy baja temperatura. Dormir con la almohada inadecuada o con el cuello en mala posición, puede ser el origen de la cefalea tensional.
La cefalea tensional no suele ir acompañada de náuseas ni vómitos, ni provocar hipersensibilidad a la luz o al sonido. Suele tratarse de un dolor de ligero a moderado, similar a una presión constante que puede afectar a toda la cabeza, o localizarse en la nuca o en el área de la frente.
Se trata de un dolor generalizado, no de un punto, y suele invadir ambos lados de la cabeza y a veces extenderse hacia el cuello. También puede abarcar las sienes, el cuero cabelludo o los hombros. La cefalea tensional produce la impresión de llevar un gorro muy apretado.
Este tipo de dolor de cabeza puede presentarse como un hecho aislado o de forma constante y a diario. Su duración es variable, desde 30 minutos a durar incluso una semana.
Tratamiento: El ácido acetilsalicílico (aspirina), el naproxeno, el ibuprofeno y el paracetamol, suelen hacer remitir el dolor causado por la cefalea tensional. Es conveniente practicar técnicas de RELAJACIÓN ,YOGA y ejercicios de estiramiento muscular, ya que el uso indiscriminado de analgésicos y antiinflamatorios, pueden provocar que la cefalea tensional se haga crónica (la denominada cefalea “de rebote”).
A veces el médico puede recetar algún ansiolítico o analgésico narcótico, sobre todo como método preventivo y con ello reducir la tensión a menudo desencadenante de este tipo de dolor de cabeza.
Consejos: A parte de las técnicas de relajación aconsejadas, es conveniente descubrir por nosotros mismos el factor o factores desencadenantes de la cefalea tensional. Para ello, conviene llevar un bloc o diario que nos permita observarnos durante una temporada.
En nuestro diario anotaremos el día, hora y duración del dolor, así como nuestro estado emocional o de estrés, las horas de sueño, los alimentos consumidos (lee: Alimentos Que Tenemos Que Evitar ), bebidas, etc… Seguro que así podremos realizar los cambios en nuestro estilo de vida que nos permitan evitar este molesto trastorno.
Veamos ahora la migraña…
Prácticamente todos hemos sufrido en alguna ocasión un intenso y persistente dolor de cabeza, que tras tomar un analgésico y dormir, no suele dejar rastro a la mañana siguiente. Pero muchas personas padecen cefaleas a diario. Los afectados suelen ser en su mayoría mujeres (casi el triple de casos que en los hombres), y casi siempre sufren un cuadro de migraña.
Aunque en los siguientes artículos hablaremos de otros tipos de dolor de cabeza y de los casos en los que es necesario acudir al médico de inmediato, para los dolores de cabeza más habituales es importante saber si lo que sufrimos es Migraña o Cefalea Tensional, ya que el tratamiento adecuado deriva de un correcto diagnóstico.LEA TENSIONAL
Es una de las formas más habituales de dolor de cabeza, y suele tener su origen en diversas causas: la contracción de los músculos del cuello debida a la tensión nerviosa, el estrés, la depresión, la ansiedad, el cansancio excesivo, el ruido ambiental y persistente, los ambientes sin o con escasa ventilación natural, y a menudo, las malas posturas.
La cefalea tensional es más común en la edad adulta y en la adolescencia. En algunos casos las causas que la originan pueden ser impensables en principio, como dormir en una habitación a muy baja temperatura. Dormir con la almohada inadecuada o con el cuello en mala posición, puede ser el origen de la cefalea tensional.
La cefalea tensional no suele ir acompañada de náuseas ni vómitos, ni provocar hipersensibilidad a la luz o al sonido. Suele tratarse de un dolor de ligero a moderado, similar a una presión constante que puede afectar a toda la cabeza, o localizarse en la nuca o en el área de la frente.
Se trata de un dolor generalizado, no de un punto, y suele invadir ambos lados de la cabeza y a veces extenderse hacia el cuello. También puede abarcar las sienes, el cuero cabelludo o los hombros. La cefalea tensional produce la impresión de llevar un gorro muy apretado.
Este tipo de dolor de cabeza puede presentarse como un hecho aislado o de forma constante y a diario. Su duración es variable, desde 30 minutos a durar incluso una semana.
Tratamiento: El ácido acetilsalicílico (aspirina), el naproxeno, el ibuprofeno y el paracetamol, suelen hacer remitir el dolor causado por la cefalea tensional. Es conveniente practicar técnicas de RELAJACIÓN ,YOGA y ejercicios de estiramiento muscular, ya que el uso indiscriminado de analgésicos y antiinflamatorios, pueden provocar que la cefalea tensional se haga crónica (la denominada cefalea “de rebote”).
A veces el médico puede recetar algún ansiolítico o analgésico narcótico, sobre todo como método preventivo y con ello reducir la tensión a menudo desencadenante de este tipo de dolor de cabeza.
Consejos: A parte de las técnicas de relajación aconsejadas, es conveniente descubrir por nosotros mismos el factor o factores desencadenantes de la cefalea tensional. Para ello, conviene llevar un bloc o diario que nos permita observarnos durante una temporada.
En nuestro diario anotaremos el día, hora y duración del dolor, así como nuestro estado emocional o de estrés, las horas de sueño, los alimentos consumidos (lee: Alimentos Que Tenemos Que Evitar ), bebidas, etc… Seguro que así podremos realizar los cambios en nuestro estilo de vida que nos permitan evitar este molesto trastorno.
Veamos ahora la migraña…
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