Todos tienen en común que basan sus tratamientos en el uso de la Hidroterapia, es decir, utilizan el agua en sus distintas formas con fines terapéuticos. Sus diferencias, en cambio, surgen del tipo de agua utilizada (la más importante), y de sus instalaciones, procedimientos utilizados y fines perseguidos.
BALNEARIOS (Y ESTACIONES TERMALES):
Esas milagrosas aguas que surgen de las entrañas de la Tierra –ricas en minerales y con propiedades curativas- son utilizadas en los balnearios para los tratamientos, ya sea por vía interna (es decir, bebiéndola) o por vía externa (baños, chorros, inhalaciones, duchas, piscinas…).
Pero hoy en día la oferta de los balnearios va más allá del tratamiento de la enfermedad, adaptándose a las necesidades y males derivados de nuestro tiempo. Casi todos los balnearios ofrecen programas anti-estrés, de descanso y relajación, desintoxicantes, tratamientos de estética… todos ellos orientados al bienestar y a recuperar el equilibrio, y la salud física y emocional.
Antes de comenzar cualquier tratamiento, es obligatorio un chequeo por parte del equipo médico del balneario, que valorará el estado de salud y decidirá la terapia más adecuada, así como otros complementos: ejercicios, dieta...
SPA:
La estética y la relajación son el principal objetivo que persiguen estos centros. Los Spa no utilizan para sus tratamientos aguas termales ni mineromedicinales, sino agua potable enriquecida con sales o con aceites esenciales, con el fin de obtener los resultados deseados.
Por medio de cambios de temperatura y presión del agua, y/o sumergiendo el cuerpo en sus aguas tratadas para lograr determinados efectos, suelen ofrecer muchas opciones: Sauna, baño turco, flotación, piscinas de hidroterapia, jacuzzi, tratamientos con hielo, distintos tipos de ducha, chorros…
CENTROS DE TALASOTERAPIA
Al igual que ocurre en los balnearios, los tratamientos son decididos por el equipo médico del centro, previo control y estudio de la salud del paciente.
